La Junta de Andalucía endurecerá las normas del ocio nocturno 

El Gobierno andaluz lleva toda la semana dándole vueltas y tomará la decisión definitiva el próximo martes en el Consejo de Gobierno tras debatirlo con los ocho alcaldes de las capitales de provincia de Andalucía en un encuentro previsto en el Palacio de San Telmo. Pero lo que no tiene vuelta atrás es que se van a endurecer las condiciones para el ocio nocturno que se ha convertido en un foco de nuevos contagios de la Covid-19.

Los detalles finales estarán avalados por el comité científico que asesora al Gobierno andaluz pero el presidente andaluz, Juanma Moreno, ya dio este jueves las primeras pistas de por dónde van a ir las medidas. Y el botellón está en el punto de mira. El presidente de la Junta quiere prohibirlos en toda Andalucía, incluso en los lugares que los ayuntamientos habilitaron para ellos siguiendo las pautas de la Ley Antibotellón de Andalucía del año 2006.

El argumento es la salud pública y por eso se suspenderá una parte de esta norma que vino a resolver una buena parte de los problemas que sufrían los alcaldes en sus municipios para controlar las concentraciones de jóvenes bebiendo en las calles, molestando a los vecinos y dejando tras de sí un problema importante de limpieza y convivencia.

Pero ahora las circunstancias son diferentes y este ocio juvenil nocturno se ha convertido en una fuente de problemas de salud. Juanma Moreno considera que estas concentraciones no se deben producir en las actuales circunstancias sanitarias por lo que pedirá la colaboración de los alcaldes para que su policía municipal se dedique intensamente a evitarlas. Su propuesta legal pasa por una orden de Salud Pública que otorgue a los ayuntamientos potestades administrativas para disolver a los jóvenes incluso en los sitios en los que podían concentrarse hasta ahora. Hay que tener en cuenta las fechas veraniegas y la concentración de jóvenes en las zonas de costa, por lo que hay temor a que precisamente las zonas turísticas de Andalucía se conviertan en lugares de contagio e «infecten» a todo el ámbito turístico, estratégico para la economía autonómica.

La Junta no quiere cerrar definitivamente los establecimientos de ocio reglado porque entiende que es un sector económico importante y porque ha atendido, además, algunas de las demandas de los empresarios del mismo que defienden que cumplen las normas, controlan sus aforos y procuran que se mantengan las distancias de seguridad entre sus clientes.

Pero los datos científicos muestran que en los locales de ocio nocturno hay un 20% más de posibilidades de contagiarse que en cualquier otro lugar. La música alta, la ausencia de mascarillas y la afluencia del público hacen que sea especialmente difícil mantener las medidas de seguridad. Por eso otra de las medidas que está sobre la mesa es la reducción de los horarios de estos establecimientos.

Claro que todas estas medidas generan una importante controversia porque las discotecas cerradas ya tienen limitado su aforo al 40% para permitir la distancia social por lo que está por ver cómo reaccionarían a nuevas restricciones a sus licencias de apertura. Hay otro factor más. Los botellódromos que funcionan en ciudades como Granada o Jerez y, sobre todo, en multitud de pueblos pequeños que multiplican su población durante las vacaciones de verano, son al aire libre con lo que las posibilidades de contagio de los jóvenes sería inferior que la que se podría producir en los locales cerrados.

Evitar fiestas
Estas medidas que debatirá la Junta con los alcaldes de las ocho capitales también pretenden servir de medida disuasoria para que los regidores de todas las localidades no permitan la celebración de ningún tipo de fiesta, celebración o romería. El Consejo de Gobierno aprobó la suspensión de todas ellas durante el mes de julio y se comprometió a volver a analizar la situación antes del mes de agosto.

El día 15 de agosto son muchas las localidades andaluzas que celebran ferias o fiestas patronales y que también van a tener que suspenderse. El argumento es, de nuevo, la salud pública y lo que ha sucedido en Pamplona con los Sanfermines, que se han convertido en un grave foco de contagio del coronavirus.

Lo sucedido en la fiesta de graduación de un colegio de Córdoba, la posterior celebración en una finca y la fiesta en una discoteca que ha provocado más de mil aislados, la realización de 2.990 pruebas PCR y cien casos confirmados dan argumentos al Gobierno andaluz y a los alcaldes para aceptar estas medidas restrictivas. El alcalde de Córdoba, José María Bellido, ha relatado que hubo momentos de mucha tensión y preocupación hasta que se pudieron hacer las pruebas y contactar con todos los contactos de los asistentes a este evento.

El consejero de Salud, Jesús Aguirre, explicaba este miércoles en el Parlamento que los jóvenes se han convertido en los principales transmisores del virus en esta fase de la epidemia. En general, se trata de personas asintomáticas que pueden transmitir el virus a sus padres o abuelos, más vulnerables a sus efectos y que son quienes acaban en el hospital. Aguirre pedía prudencia a todos los andaluces y defendía que al virus no se le combate desde el sistema sanitario «sino que la batalla está fuera, donde están los ocho millones y medio de andaluces».

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